martes, 25 de agosto de 2009

Los zapatos de Zapiola

Los zapatos de Zapiola.
Todavía no comprendo porque cambia el clima y la calle Zapiola que se transita se ve tan bien, 25 de agosto del año 2009, el transito de aquella, hoy marca un rumbo diferente.

Confesare que con rodado de cucharitas multicolor el viento hubiese pegado un rostro mas aireado, aun más fuerte, pero confesarte también que a transito lento la mirada se encuentra mas tranquila, se ve mucho mejor, hasta se posa en veces en una y cien veces.
En veces de postes de luz de alta tensión y algún que otro altillo, que guarda algún que otro secreto e infinidad de tesoros.
Con las puertas abiertas nos recibía una gran abertura...
¿ Porque no?, entre y pase, observa, tal vez un patio lleno de flores, pasillo de baldosones, algún que otro pájaro con porte de ave egipcia.
¿ Porque no lo habíais visto antes?.
Los lares son diferentes, ambiguos, al igual que los caminos y como cambia el clima un 25 de agosto del año 2009, los pasos habían marcado el transito, la mirada posada en la alta tensión y el misterio de una casa que como jardín de verde anticipo, nos habíais hablado de muro de treinta, con junta de barro, galerías y ventanas que parecen puerta y puertas que parecen ventanas, trasparentes y en contrapicado me habían contado algo de vos.
El sol filtraba, dibujando el espacio en rendijas de luz con rastros de pasos.
Fue que recorde el espacio donde tu albergas y como barrilete que despide el invierno se remonto mas lejos, en lo alto del cielo abierto.
Recorde los pasos sin rumbo que me habían llevado a alguna ocasión, también recorde las manos y los pies descalzos.
Y en los zapatos de Zapiola el jardín hablo del misterio de los dioses, jure volver en cuatro días y le dije- solo volveré cuando sea pertinente...
Algo en sus ojos me dijo que el empedrado de Zapiola es bello y que seria desde hoy un lindo día, entonces rompiendo una taza de te me dispuse a juntar sus partes, en aquel patiesillo verde, donde encontré algún que otro retazo de cerámicos, de porcelana de pasados de tiempos, de pasados de misterios y porcelanas de mañanas frías.
Fue un instante donde empezamos a componer el barrilete, en aquella galería los tonos se ven diferentes y cada retazo brillaba entre una mezcla de filtros de sol y zapatos rocosos de Zapiola.
Dailan Kifki, siempre fue un buen referente, es que siempre pensé que los elefantes tenían elegancia y una gran paciencia.
Fue en ese instante que una sombra grande paso por la abertura de aquella estancia tan cercana a la ciudad, tan cercana que estaba dentro y no pude mas que seguir sus pasos, pasando la avenida se vistió con calzas rosadas, es que era un buen día y circundaba un clima que le habían llevado a una ilusión.
Recuerda que los elefantes son muy elegantes.
Sus ojos tomaron café en cada esquina, hablo con algún Sr. solitario que tomaba un cortado y leía el diario, que como encabezado este decía, se busca un elefante, lleva calzas rosas y zapatos de Zapiola. Dicen que atrapo una ilusión y con retazos de porcelana y algún que otro recuerdo están uniendo retazos en el jardín de la paciencia, en cuatro días o cuando sea pertinente los remontaran juntos.
Con su elegancia inconfundible se sentó en un café francés de los alrededores, pidió un posillo de café negro y guardo la taza de recuerdo, para componer el barrilete, el del día pertinente, saludo al mozo y le dijo bonne journée, peut-être dans quatre jours remonte un baril.

Fue que se perdió en la plaza...es que callo la noche y perdí el rastro de su sombra.
Me dirigí a mi casa, yo llevaba una camperin negro de algodón que tiene bolsillos y unas calzas azules porque cambia el clima y aunque no lo comprendo bien, parecía ser un lindo día.
A una cuadra de mi calle buscaba la llave y encontré la taza...
encontré la taza...aquella la del café francés,
deberé volver a aquella plaza a buscar a Dailan Kifki, devolverle su taza,
volver a aquella plaza para armar el barrilete de retazos de porcelana,
volver a la casa que como jardín de verde anticipo atrapo una ilusión el 25 de agosto del año 2009, es que los elefantes son pacientes, usan calzas rosas y la calle Zapiola que se transita se ve tan bien.

miércoles, 12 de agosto de 2009

El reparador de sueños



a santiago y paloma mis reparadores de sueños
feliz dia su tiita
a mi mama la que me hizo posible soñar
tu hija

sábado, 8 de agosto de 2009

caballos de plata

Como cambia el clima, en invierno una primavera, ayer...
Hoy es invierno, mañana tal vez también.
La oscuridad era tan densa que no se podría vislumbrar ni su misma mano, ni el pecho, ni los pies.

Tal vez habéis confundido la necesidad con el amor.

Es que tal vez, no estaba de animo y sugirió alguna ocurrencia, queriendo viajar en caballos de plata sobre territorios dorados y ríos desbordantes, azules,
infinitos ríos,
como esbozado por el niño... en hoja blanca.

Pasando los días, la mañana sugirió tener todo el tiempo del mundo,
preferiria una antorcha le dije a un desconocido, pero solo tengo encendedor..

Así había amado tantas cosas y podía responder, usando alguna que otra palabra,
palabras del diccionario, de la A hasta la Z, pero recordé que nunca aprendí el abecedario,
Al igual que tantas tablas, aquellas, las de multiplicar, así como un engaño esbozado por el niño.
No es casualidad... he dicho, aprendí la del cinco, tal vez la del uno.
Es que tan solo sumaba muy rápido confesé algún día y una canción de abecechedee,
era tan solo eso y nada mas,
y nada mas una canción.

Entonces me puse de pie y a la mañana siguiente, esperaba mas adelante.
Tan solo un paso mas adelante,
pero de pie, con aquel paso y la llama del encendendor vislumbre un sendero,
Incluso me pregunte como habéis entrado aquí, fuera de abecedarios,
de tablas, olvidando lo conocido,
lo tan aprendido...

No es tarea fácil encontrarse en el abismo, le dije a otro desconocido, saliendo del mundo de aquel niño.
Tangible mundo,
Y así nomás, sin antorcha ni abecedario, ni tabla comprendida, busque a aquel caballo de plata en el sendero olvidado.

Laberintos en penumbras.

Y al tercer día, a medio camino se abrió una puerta e ingreso la osadía, tormentos de truenos y hasta una cirugía.
Cicatrices, silencio, convicción y la llama convivieron,
no había vislumbrado caballo de plata alguno, pero estaba la osadía

Que me diría...

Y pasando seis meses, solo vi que era verdad que el tiempo transcurría.

La llama no podía aun vislumbrar ni su misma mano, ni el pecho, ni los pies
Pero el alma se sentía..

Y comprendía la salida, en aquel caballo, tan solo en la osadía de sentir en aquel camino lo que no comprendía.

Me dijo Será un largo y frió invierno,
Pero....ayer hoy tal vez sea primavera, tan solo ... porque no comprendía.

 
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