viernes, 26 de marzo de 2010

de medias y sollones

Fue ayer a las cuatro de la madrugada o tal vez más temprano cuando me despertó en medio de la noche,
No se…
es que estaba oscuro,
eso dijo es que estaba oscuro…

Un 25 de marzo, deja sentir las ráfagas de aire frio que se meten en los recovecos, los que transitan las sabanas y las camisetas.
Donde no existen excusas , ni concepción de mundos tristes y fraudulentos.

Y nos dejan al descubierto…

Esas los que se ponen de acuerdo entre nuestros abrazos y los hacen aun más fuertes.
Y los hacen aun más fuerte.

Amando cada detalle, cuando acurrucas tu nariz aun más adentro,
donde siento tu aliento sin excusas y el viento compone con tu susurro, la más bella melodía.
Y así me levante siguiendo tus pasos en el medio de la nada, una madrugada de medias y sollones fríos a la hora del silencio.
Cuanta inspiración yo diría.

Tal vez son aquellas madrugadas en las que uno debería meditar de que esta hecho el mundo, y como recorrerlo, y como abrazarlo…
inspirado en tu pasos de sollones, con miedo a algún fantasma…

y ahí te observe desde el bidet haciendo guardia para que no ingrese ningún fantasma.
Inspirada en cada paso en el medio del silencio.

Debería resolver el mundo sentada en el bidet mirando tus ojos lentamente, a las 4 de la madrugada, de la primer noche fría de marzo.





miércoles, 10 de marzo de 2010

El desierto más grande del mundo

Aparente estado de coma, de punto medio, donde recorre el túnel a la velocidad de la luz y pasos muy lentos.
Estrepitosa noche donde no se ha preguntado de mañanas frías y mediodías aucentes, allí la encontró en la salina intacta, sobre el desierto del Sahara, donde sus formas son iguales para un sentir bien abierto, pero es ese echo, de cómo te pronuncias y en que partes llevas el acento.
Me llama la inconstancia, al inconciente paralelismo del mundo bipolar donde vives, en que transitas, es que vagas por el Sahara, en pleno estado de alfa, coma… y siga…

Tal vez África mía…
la niña africana y su bonete donde lleva multiplicidad de personalidades, se ha acercado al paralelismo, pero aquella fue paralelismo perpendicular, es que ha caído del cielo, en medio del desierto.

¿Porqué me has dicho que eres de arena...?,
¿Porqué curvas las líneas de las dunas...?,

Todavía es de día y te envuelvo y me envuelvo,
es que la noche no ha llegado,
y es donde nos tapamos de granos de arena, ansiando una gota de agua.
Sin mortero me he encontrado,
Gozando del paralelismo, pero ha caído del cielo y esta en pleno estado alfa,
Y en pleno estado de coma, ha olvido castillos, su nombre y a la distancia se disuelve grano, en el ventora del Sahara.

Eres graba, ya lo he dicho, hoy no construyo castillos, ya se, lo he dicho,
solo miro por aquel horizonte el que atrapa tus ojos,
ven cuéntame una historia…
De dragones humeantes, has sonar el Gong, enciende el sándalo,
luego háblame del sueños de los sonidos y sabores de otros mundos,
todo esta en el sentido del viento, en dirección del horizonte,
ven..., cuéntame una historia, hoy soy morador de estancias…

como la arena serena en el calido desierto, como grapa, el dibujo de las dunas,
pero las partículas han partido en el ventorral del mediodía.
Porque no te quedas, vas vienes, has consolidado morteros algún día y has dicho,
Levantad tu cabeza sin olvidar tus pies, observa la vida de la gente, son el acordeón del otoño y construías y demolías Partenón, en el que albergaba la imagen del oro, de morteros y piedras te habéis consolidado algún día.

Y has vivido en edificios abandonados, sin siquiera alma en pena que vague en sus instalaciones, los bien plantado, en la tierra, de firmes muros gruesos y tensas estructuras, donde nadie entraba ni salía de este cuerpo tan vació, ni el fantasma de la opera con sus bellas melodías.
De tensas estructuras, muros gruesos y morteros, te has venido de esos días.

Y te habéis encontrado un día en Cuerpo de hormigón armado, corazón fraguado y manos de cemento,
de cemento sin arena, en un sueño donde se había perdido, en el sueño del desvanecido.
Entre mareas de humanos, tierras de viento
y ocasos en plena soledad del valle
sin un nombre que la justifique.

Hoy grano de arena, en el desierto del Sahara,
sin mortero es que ha venido...
en el vaivén de la tarde, el acordeón del otoño...
en el oasis de la noche, el fantasma de la opera y sus bellas melodias...
y en la soledad del valle un grano de arena, del desierto mas grande del mundo.

 
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