Tal vez la mañana es demasiado corta, Tal vez.... una larga mañana…
Y fueron olas de torrentes, vientos como bramidos horripilantes, Me asustaba desde pequeña, solo el titulo del libro, Verdaderamente me asustaba… un bramido horripilante... Enmarcaba el fuego y las furiosas aguas, Y no pudo más que con sus miedos sobrellevar la correntada, Y domarse tímidamente, envolverse, embarcada con la cara bien mojada,
Juran los que saben, que no fueron gotas de aquella correntada…
Entonces abrazo la tierra, furiosa por no sentirse amada.
Y así entendió, porque de sentarse se trata y fugo donde cedio la correntada, Y se olvido de largas o cortas… y fue ella la mañana.
Se precipitaban aquel arbol y solo el canto de aquella calandria, mientras el metal oxidado y la mano del hombre enrojecida encallados en el agua. Interminable continuidad, pero que bella mañana. Y así se sentó a mirar los árboles..
Si te fijas filtra luz entre sus hojas, se escurre entre sus ramas y así llega a mi alma. Y Así se dejo dominar, por las aguas, la tierra, la luz y las calandrias, Domada ... con las gotas que no eran gotas, pero parecían agua. Se despertó sin tiempo, en esta bella mañana .. iluminada por la luz de tu mirada.
¿Te molesta mi amor? Mi amor de juventud, y mi amor es un arte en virtud.
¿Te molesta mi amor? Mi amor sin antifaz, y mi amor es un arte de paz.
Mi amor es mi prenda encantada, es mi extensa morada, es mi espacio sin fin. Mi amor no precisa fronteras; como la primavera, no prefiere jardín.
Mi amor no es amor de mercado, porque un amor sangrado no es amor de lucrar. Mi amor es todo cuanto tengo; si lo niego o lo vendo, ¿para qué respirar?
¿Te molesta mi amor? Mi amor de humanidad, y mi amor es un arte en su edad.
¿Te molesta mi amor? Mi amor de surtidor, y mi amor es un arte mayor.
Mi amor no es amor de uno solo, sino alma de todo lo que urge sanar. Mi amor es un amor de abajo que el devenir me trajo para hacerlo empinar.
Mi amor, el más enamorado, es del más olvidado en su antiguo dolor. Mi amor abre pecho a la muerte y despeña su suerte por un tiempo mejor. Mi amor, este amor aguerrido, es un sol encendido, por quién merece amor.
Me gustas más de grillos, de neblina pura. De ver cristalizada completamente la copa del árbol, de pequeño miedo silente (porque el misterio de juntarnos pudiera ser para siempre). Me gustas de arrullo lunar, de pasos mutuos sobre las hojas que olvidaron llevarse los vientos. Me gustas con tu benevolentísimo azul de ojera, de las mareas de mi vida. Me gustas lentamente para ser preciso, para lucharle hombro a hombro al egoísmo. Me gustas incluso sin estrellas, nocturna. Anochecida. Porque soy un loco, desconocido sueño. Hipopótamo bajo el agua que piensa que negro significa dormido; sapo viejo y contento... que sabrá Dios por qué o cómo se enteró, pero sabe que después del beso no viene la magia sino la posibilidad remota, infinita de un quemante - quitador de vida - segundo beso. Por eso no duermo, nocturna mía, porque aún no te encuentro.
de ayer fue lunes
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