Barriletes de la roca. Remonto barriletes, construyo su estructura, diseño de su poesía, la mar, la mar. ellos expectantes, construyo barriletes, barriletes de papel, de vidrio, barriletes de madera, de cartón, de masa pan. Me urgen coloridos, furiosos y calmos, rompen en escolleras, se alzan en los truenos, en la calma de los días y en la paz fluorescencia del mar, la mar, la mar. Liviana remonto su vuelo, les entrego mis ojos para que observen su belleza y precisen su armonía. Magia y se vuelvan barriletes, arquitectos barriletes. Barriletes arquitectos. Torbellino de ciclos de agua que remontan en los cielos y como si esto fuera poco me da la bienvenida y cae minuciosa. Camino hipnotizada, esquivo toldos, balcones y cornisas. Si se me permitiera caminaría por el eje central de la avenida, el empedrado reluce, me observo en su reflejo, se humedece mi cuerpo, mis manos y mi pecho. A paso lento me dirijo es que cada vez se vuelve más copiosa y se agita su reflejo. Se siente el rostro empapado y resplandor del alma. Lucero encendido que se deja escuchar, oigo su poesía, salpica mis piernas y mi frente. Por favor dime en que mar desemboca, ¿la mar?, ¿El mar?, ¿En que correntada se ira?, esta lluvia copiosa, ¿él Pacifico?, el tremendo Pacifico, ¿el Mediterráneo?, ¿Es que es el Egeo, que se lleva este abecedario?. Remare en los cielos de Dios, juntare primero la A, luego la B, construiré barriletes, con historias de tus nombres. Santos barriletes con luceros de la roca. Son las 12: 00 de la noche y regreso a casa, en la lluvia de este lunes, el taxista observa y no comprende porque esquivo y no refugio. Refugio en su trasparencia, no son lagrimas lo que de mis ojos cae en mi boca, son barriletes trasparentes que hoy permito que penetren. la mar, la mar. La ropa empapada, me desvisto.
y porque no decir el mar en forma de lluvia, cual sera la mar, el mar...o la lluvia como mar, donde se va corriendo las letras que se van escribiendo pero quedan mas registradas que nunca en el alma, como empapadas sobre el cuerpo.
Me gustas más de grillos, de neblina pura. De ver cristalizada completamente la copa del árbol, de pequeño miedo silente (porque el misterio de juntarnos pudiera ser para siempre). Me gustas de arrullo lunar, de pasos mutuos sobre las hojas que olvidaron llevarse los vientos. Me gustas con tu benevolentísimo azul de ojera, de las mareas de mi vida. Me gustas lentamente para ser preciso, para lucharle hombro a hombro al egoísmo. Me gustas incluso sin estrellas, nocturna. Anochecida. Porque soy un loco, desconocido sueño. Hipopótamo bajo el agua que piensa que negro significa dormido; sapo viejo y contento... que sabrá Dios por qué o cómo se enteró, pero sabe que después del beso no viene la magia sino la posibilidad remota, infinita de un quemante - quitador de vida - segundo beso. Por eso no duermo, nocturna mía, porque aún no te encuentro.
de ayer fue lunes
hablar del mar se vuelve tan grande y tan pequeño, como decir azul o cielo
ResponderEliminartalvez estaba equivocado; ahora fue otra cosa, no fue tanto el mar..
ResponderEliminarimaginé a alguien escribiendo con lápiz bajo la lluvia..
y porque no decir el mar en forma de lluvia, cual sera la mar, el mar...o la lluvia como mar, donde se va corriendo las letras que se van escribiendo pero quedan mas registradas que nunca en el alma, como empapadas sobre el cuerpo.
ResponderEliminarEntonces por las charlas de hilo y pegamento.
ResponderEliminarY cómo me gustan los comentarios tuyos.. mueven fibras, resuenan, en vez de kilómetros me hacen sentir a media cuadra.
Otra vez el honor es mío..
:)
a mi tambien me gusta los tuyos, algo asi como interpretacion del corazon! :)
ResponderEliminar