viernes, 10 de enero de 2020

El tigre de mar.


 (basado en la historia real del Gran Hotel Manila).
30 de diciembre ...viendo un 2020.


Caía una gota sobre el vidrio, el mar me hablaba de un dia pasado y de un año de ayer.

El frio transpasaba los vidrios.
Mi casa y yo veíamos la lluvia caer sobre el mar, sentía nostalgia y ganas de recordar.

Pero como nunca había sentido que hoy era mañana y Manila seria el comienzo de otro gran día, donde dejaría atrás quien sabe que y para donde iríamos.

Pensé en el futuro, en las cosas que quería cambiar, lo que quería conservar y lo que dejaría atrás.

Llamaría entonces “Comienzo”a este día, donde cada gota era el mar y el mar era de gotas.

Llueve.

Mirándolo, comencé de nuevo, armaría planes, una nueva vida, feliz.
Las olas se llevaban las miserias y regresaban en la bruna la felicidad.

Comenzare hoy un 30 de diciembre, diciendo -Hola pájaros, ¿ Los ves volar?, de a poco se sumergían en mi alma y con ellos ese sentimiento que me hablaba de libertad.

La sentía en las palmas de mis manos, mis piernas y mi voz.
Me invadía las ganas de gritar, las ganas de correr, como el reflejo del porvenir.

Y siendo sincera dejo al tigre de lado, me acongojo de hombros y pido disculpas, me entrego a la confianza en busca de la paz y el secreto que me había regalado Manila. Como saber que el silencio de las voces me abriría la puerta a lo que tanto estuve buscando.
Por momentos de forma torpe, manotazos, llanto y sonrisas, en un camino rocoso e insinuso, que habría transitado aquel, este año llamado 2019.

Ya no era niña, con un sueño que divagaba sobre las olas. Manila me había impulsado ahora a otra persona. Tal vez sabiendo lo que quería, donde iba y lo que buscaba.
La fragilidad del pasado me había hecho cambiar de rumbo en repetidas ocasiones, pero aquí, en este momento era tan fuerte, así como el mar, sentir que nada podría derrumbar.

Rompo en llanto y rompo por descontruirme de forma artesanal cada órgano, cada célula y cada molécula de mi fragilidad, de mi pureza y de mi amor.
Toco fondo y solo aquello que me hace amar y ver con ojos de bondad, y es en ese preciso momento que regreso... Tigre fuerte y reconstruyo con esencia únicamente basada en el Amar.

Te espero Aquí silente y sintiente Tigre de mar de alma suave de un 2020.

Escrito a Duo Naty Miodosky y Sole Asis, un dia lluvioso frente al mar.



 
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