domingo, 18 de junio de 2023

el ultimo beso

 



Una tarde de 1987 como prófugo nomás se metió por la quinta y a escondidas bajo por la barrancosa…

de Paris llego, perdido y sin razón...

giraba, giraba y giraba

y Ella perdidamente se enamora de Él.


Decía sin cesar; los árabes me comen los pies, los árabes me comen los pies.
Bestia una chaqueta negra de cuero, siempre la recuerda.

Sus profundos ojos negros y su mirada, eran tan parecidos.


La música sonaba al estar junto a el, ella sacaba el pan antes de cada comida y ahí en aquella chaqueta lo ponia, a escondidas de su madre, accedía a todo lo que él pedía. Como toda enamorada.
Son sueños entrecortados los que llegan, caramelos Lipo, permufume Mujercita, una bicicleta vieja, Dupuy, Lapenax y Valium.


El Borda, infinitos pasillos y piano de cola.

En ocasiones viajaba a Paris y llegaban giros postales, por primera vez su madre la recibía, días de gloria la anhelaban, la comida servida y de postre un gran merengue con dulce de leche.
Pero las pastillas volvían, en Paris nadie las recibía, la aduana se corrompia pero las pastillas volvían porque allá nadie las recibía.


De regreso a Argentina, con sus manos vacías y los árabes comiéndole los pies.
En ocasiones así se repetía.
Sueños entrecortados, la ambulancia en la casa, el tarro de Lapenax vacío, la camilla en la habitación y Del mar y ella escondidas, así infinitas desaparecían.
Así se repetía.

Desde la cerradura observaba y de sopetón corrompió la puerta y con 8 nomás, lo remendó muy fuerte y el cinto en el ultimo cajón de su habitación guardo. Escondido en lo más profundo de su corazón, así jamás lo encontraría.

El ultima beso, tal vez el adiós, estaba perdido, ausente, ruleta en la noche, le dio el que luego fue el ultimo beso.
Días después, se echo a volar.

Tal vez escapaba de los árabes que lo perseguían, o del choque de la India, o del cajón de manzanas que un día de niño lo albergo.
Se callo del antiguo pabellón del hospital, casi no hubo funeral, en un cajón de manzanas, volvió al cielo.

El rio aún no derramo y fue allí que la enamorada guardo bajo candado un inocente corazón. Cosas de niños que no comprenden la razón.


A mi papa.

Y a esa niña de 8 años.

Hoy en el dia del padre los abrazo muy fuerte a los dos.

 
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