1 año después 6 de Agosto del año 2025 y algunas lagrimas y algunas no
Como hoja en blanco II.
Así he de empezar estos días, perdida donde no encuentro el fin pero tampoco el comienzo.
Ha pasado un año desde que esboce mi primer linea y aun sigue en blanco.
Ismael me ha preguntado si papa Noel realmente existe, y entre lagrimas, hablamos sobre la verdad que dictan los corazones.
Pero he aquí una hoja en blanco, donde te encuentras… y en el medio de este enrollo de sentires, he encontrado a mi madre y aunque hace un año les contaba que no se había concretado la boda con ella, hoy les he de contar que la portada he de dedicársela , dado que el transcurso del tiempo me ha enseñado que los niños poca veces se equivocan.
Se trata de la libertad que eso me ofrecía.
Y entre nuevas lagrimas que ruedan sobre mi mejilla, y escuchando a lo lejos , muchacha ojos de papel, debatía sobre un mundo que no comprendía y no lograba explicarlo.
Solo entendía el viento sobre el rostro y la velocidad en que mi alma se apasionaba.
Y yo ahí continuaba, sonrojada, quemada en esa hogueras que yo misma revivía cada vez que una llama no ardía.
Como siempre sin comprender si era, el fuego de la llama o un carbón quemado como resto de esta hoguera.
Pero ahí permanecía ardiendo, encendida y al mismo tiempo desvanecida.
La lagrima que bajaba por mi mejilla había llegando justo a mi rodilla derecha y en ese preciso momento en un año diferente la tome con la yema de mi dedo y me humedecí los labios, me sorei… su sabor era dulce.
Y eso me genero esperanza.
Me sostuve en el silencio y en la quietud.
La garrafa, la honre pero luego la levante con mis dos manos, la sostuve derecha y la lance al vacío.
Me sentí liviana, un poco melancólica.
El día transcurría y el sabor de las lagrimas rodaban por mi boca, las sentía en mis manos, en mis piernas y mis pies.
Caminaba vaciá.
ya erguida y aceptando que días antes se me había estrujado el estomago con mi vestido rojo, abriendo mis manos para dejarte partir, me dispuse a reencontrarme con el gran libro que en la portada decía Padre
Las hojas seguían blanca, cientos de paginas blancas.
No había podido escribir un párrafo o dibujar ni una sola linea.
Mi pecho que bombeaba como zapatero de Malambo, se sentó en una silla enfrente de mi cuerpo, el corazón me miraba,
mientras asentía y decía en voz bajita -hay querida.
Pasaron 2 minutos para ser precisa y es ahí, cuando por primera ves me anime y le dije – volvé, no me dejes con la mente sola,
- no vale che..
el corazón desde la silla de enfrente me miraba atento. Pero no se movía.
FIRME NO SE MOVIA.
Y saben... como la mente fue mi compañera y confidente tantos años...
Se largo a llorar desconsoladamente y dejo de pensar. Fue el 1mer día.
El corazón sorprendido, no tardo ni 4 segundos a retomar a mi cuerpo.
En ese preciso momento cerebro, corazón y yo, llorábamos y nos reíamos a carcajadas a la vez.
Sabíamos que nos teníamos.
Recordamos juntos la pregunta que nos habíamos hecho 1 año atrás.
¡Sera que no tienes idea, lo que es el amor de un hombre?,.
Mirando cada hoja en blanco que por un año no había podido ni empezar, con mis dedos manchados de carbonilla y alguna que otra tintilla.
Llegando el alba esboce mi rostro, en la primer hoja del misterioso libro, que decía padre.
Estaba ahí y era la 1mer pagina..
CORAZON, MENTE Y YO lloramos una banda pero minutos mas tarde.
Nos reímos mucho...como de costumbre.
ese libro ya no estaba en blanco.