Por la alfombra dorada que se encuentran en el Museo más antiguo de Teherán caminabas esos días,
hoy las ves aun amarillas, es que perdonas y aceptas,
y entiendes una gran verdad por primera vez,
las manos del come rocas no estaban vacías,
y son tus ojos quien elige encontrar el sentido de aquel contenido.
Y te encuentras en ventaja, porque amas las manos y el vacío que circula entre ellas.
Contemplas el encuentro justamente en ese silencio infinito, donde solo se escucha dos latidos,
y te permites la torpeza, de tropezar viviendo y te sacas la piel y lo acobijas en ella.
Y te desarmas entera en el vaivén de sus curvas.
Y Te permites tropezar, y ser torpe viviendo, si sentir se tratara de eso.
Es que me gusta tanto que me encante besarte de atrás para adelante.
Todo.
Por la alfombra dorada caminaba esos días del año 2009 y hoy un cielo bello me refleja y
me ha dejado desnuda.
Y me he permito tropezar y camino sin ropa, sin mascara ni filtro.
y te hablo con la mirada, porque me gustas lentamente para ser precisa.
Te recorro con mis ojos.
Se escuchan voces raras, el corazón ya no habla y la mirada se opaca.
Es que no has visto, ni el fuego de este cielo, ni la alfombra dorada,
quise llevarte a aquel recorrido, mimetizandome con tu cuerpo y el mio.
Y mirarte lentamente.
Y vos te has quedado en los fuegos de artificio.
Perdón es que me gusta tanto besarte y empezar de atrás para adelante.
Es el espacio, ¿ves?. Las manos del come rocas no están vacías.
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